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Cómo preparar el cuestionario para la
convocatoria de docentes en el exterior
6ªEdición
PRÓLOGO: Eclesiastés y Acción educativa en
el exterior (AEE)
Todo tiene su momento,
y cada cosa su tiempo bajo el cielo.
Son las dos
menos diez en el reloj del Big Ben y José Manuel
toma una foto porque sabe que ha llegado su
momento. La sexta edición ya está en marcha. La
vuelta a España, después de ocho años en
Londres, también.
Tiempo de nacer y tiempo de morir.
¡Nacemos y
morimos tantas veces durante nuestra vida! La
AEE como desgarradura a la ida y a la vuelta. El
método Maestre nació del trabajo y la
experiencia. La vuelta a España como tránsito
con sangre, sudor y lágrimas. Así cabalga el Cid
y los docentes y asesoras/es en el exterior.
Tiempo de arrancar y tiempo de plantar.
Curioso
personaje nuestro querido Eclesiastés que habla
primero de arrancar y solo más tarde de plantar.
Queremos siempre plantar y más tarde recoger.
Parece que, en la AEE, tal y como ya sabía
Eclesiastés, las cosas no son así. Primero
tenemos que arrancarnos de nuestras costumbres y
caminar en la ascesis: desierto, bosque o malas
hierbas y malos hábitos. Llegamos a conseguir la
plaza y plantamos. Sin embargo, ya nos lo
contaba Mircea Elíade, el ciclo sigue y el
eterno retorno se convierte en la senda que nos
lleva y nos trae en la AEE. El libro de José
Manuel, la sexta edición, vuelve para plantar
las semillas de nuestro éxito.
Tiempo de matar y tiempo de curar.
¡Mata la
pereza y la procrastinación! Como los guerreros
en yoga: Virabhadrasanas. Cuando vas al exterior
como docente o asesor/a, vuelves, como dicen en
mi pueblo, “curado de espanto”. El cambio como
espanto y el espanto como terror, asombro y
consternación, que nos dice el DRAE (Diccionario
de la Real Academia Española). Terror cuando nos
enfrentamos a los libros, los materiales, las
leyes y los supuestos. Asombro cuando afrontamos
el examen, la lectura y la entrevista.
Consternación cuando tenemos que despedirnos a
la ida y a la vuelta. Sin embargo, como hemos
ido y vuelto “curadas de espanto”, el terror se
ha convertido en alegría, el asombro en
costumbre y la consternación en experiencia.
Tiempo de destruir y tiempo de construir.
Vivir es
destruir. Todos los días mueren muchas células
en nuestro cuerpo, muchas ideas en nuestra
mente, muchos sentimientos en nuestra alma,
muchas relaciones, ilusiones, pretensiones,
ambiciones... Vivir es construir. Todos los días
nacen muchas células en nuestro cuerpo, muchas
ideas en nuestra mente, muchos sentimientos en
nuestra alma, muchas nuevas relaciones,
ilusiones, pretensiones, ambiciones... ¡No dejes
que la AEE destruya tu paz interior! ¡Busca el
camino de la AEE que construya tus sueños!
Tiempo de llorar y tiempo de reír.
Me contaba un
amigo por email, no hace mucho, que a la vuelta
a España con su familia, se le había abierto el
grifo del llanto y no acertaba a cerrarlo. Mi
único consejo reside, como tantas otras veces,
en la lectura atenta del Eclesiastés, en la
aceptación del tiempo de llorar y la espera del
tiempo de reír. Cuando leas este libro y te
pongas a hacer cuestionarios, los propuestos por
José Manuel y los que tú mismo construyas, te
sentirás en la famosa montaña rusa de la que
tanto hablamos las personas en la AEE y en la
que los subidones y las risas se alternan con
los bajonazos y lágrimas.
Tiempo de hacer duelo y tiempo de bailar.
El duelo
viene con la pérdida. En el salto de trapecio de
la AEE sufrimos pérdidas y experimentamos
duelos. El duelo duele. Dolor, lástima,
aflicción o sentimiento (DRAE). Tiempo de
sentimiento doloroso y lastimero. No pasa nada.
Como dicen los cubanos, lo que viene conviene.
También lo afirman los budistas. El tiempo de
bailar es tiempo de trance ¡Bien lo saben los
derviches! El trance es tránsito. Viaje interior
y exterior. Prepara las maletas y prepárate con
el libro de José Manuel.
Tiempo de tirar piedras y de recogerlas.
En la AEE,
cuando tires piedras, procura que no sea a tu
propio tejado. Cuidado con las personas que se
anuncian como maestros en el lanzamiento de
piedras y en la construcción, gratis además, de
cuestionarios... y luego te venden la moto de
una plataforma cara y mala, plagio de materiales
y de cursos de otras personas. Recoger piedras
es, como diría nuestra compañera Ester que está
en Dublín, construir fichas con nuestros
cuestionarios y llevarlas con nosotras/os
durante estos meses de preparación.
Tiempo de abrazarse y de separarse.
En yoga
practicamos el desapego no porque no nos gusten
los abrazos, que nos encantan, sino porque
buscamos fluir entre abrazo y separación y
abrazo y separación y... En la AEE practicamos
el desapego no porque no nos guste nuestro país,
nuestro pueblo, nuestro cole o instituto, que
nos encantan, sino porque buscamos fluir entre
España y el exterior y España y el exterior y...
Tiempo de buscar y tiempo de perder.
Busca, en
este libro y en el método Maestre, el camino que
te facilite el éxito en el examen. Pierde el
miedo. Podría decirte también eso tan manido
desde los griegos del “búscate a ti mismo”
(conócete). Sin embargo, creo que las búsquedas
interiores cobran más sentido cuando se conjugan
con las búsquedas de caminos y relaciones con
otras personas. Buscar la riqueza y perder el
alma puede terminar siendo tan necio, en mi
opinión, como buscar el alma y perder el mundo.
Tiempo de guardar y tiempo de tirar.
Guárdate de
los falsos profetas. Guarda tu fuerza y tu paz
interior. Guarda a tu familia. Guarda tu
proyecto de conseguir tu plaza en el exterior y
no desfallezcas. Tira por la borda el equipaje
que te lastra. Tira las dudas y las tristezas y
lamentaciones.
Tiempo de rasgar y tiempo de coser.
La realidad
cotidiana como velo que debemos rasgar para ver
más allá (y más acá). Para los occidentales, la
enfermedad y la maldad. Para los orientales
(copio de Lama Ole): Hay cuatro velos que
cubren nuestra mente. Por encima de todos está
la ignorancia básica -la incapacidad de ver que
sujeto, objeto y acción son parte de la misma
totalidad-. En segundo lugar, están las
emociones perturbadoras que surgen de esta
ignorancia. En tercer lugar, están las palabras
y acciones negativas que surgen de estos
sentimientos perturbadores, y finalmente los
hábitos que se desarrollan como consecuencia de
esto. Coser para despertar. La AEE aparece
como un nuevo despertar.
Tiempo de callar y tiempo de hablar.
Hablar para
no decir nada. Callar para llenar de significado
nuestro silencio. Encontrar la palabra precisa y
sanadora. Bucear los silencios nuestros y los de
los demás. Cantar OM como vibración del
universo. Callar para escuchar el viento que
mueve las hojas. Hablar para guiar con el método
Maestre. Tiempo de revisar los cuestionarios y
su estadística. Leer en silencio para
interiorizar. Leer en voz alta para compartir.
La palabra, el verbo, se hizo carne y se hizo
proyecto para conseguir nuestra plaza en el
exterior. El silencio se hizo eco y aún resuena
a la vuelta de nuestro destino.
Tiempo de amar y tiempo de odiar.
Amar la vida
desaforadamente. Existen palabras sin límites
como amor, libertad, felicidad. Otras palabras
dan miedo porque nos hacen desgraciados.
Mauricio García Villegas nos pone en guardia con
las “emociones tristes”. Y nos propone, de la
mano de Espinoza, cambiar el odio por la
comprensión. Lo que no nos exime de la lucha
contra la injusticia.
Tiempo de guerra y tiempo de paz.
Tiempos de
mudanza decía mi abuela y los jesuitas. Tristes,
tristes guerras, si no es amor la empresa, decía
Miguel Hernández. Construir nuestra paz interior
nos lleva a mudanzas. Construir la paz con los
demás nos lleva a la tolerancia y la búsqueda de
soluciones inteligentes y solidarias. El libro
que tienes en tus manos es una brújula para
tiempos de mudanza. La paz es la meta y en el
camino veremos guerras.
Francisco Palazón Romero
En Mula, a 29 de julio de 2023
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